La experiencia del Dr. Nemec sobrevino por necesidad de conseguir un tipo de
onda eléctrica que consiguiera acceder a profundidades mayores que con otros
tipos de corrientes estimulantes, así como permitir la aplicación de
intensidades altas sin ocasionar molestias excesivas. El mecanismo intimo de
la génesis de estas ondas eléctricas se encuentra en la coexistencia en
tiempo y espacio de dos corrientes de alta frecuencia (1000 o 4000 Hz.),
pero con una diferencia de 1 a 100 Hz. entre sí. Estos dos circuitos al ser
aplicados sobre el paciente se interferían entre sí, dando lugar a la
creación de una nueva corriente eléctrica resultante de la diferencia entre
ambas, la
corriente interferencial; así se consigue obtener frecuencias de
estimulación variables desde 1 a 100 Hertz, que son las más activas, pero
con las ventajas de las frecuencias mucho más altas. Es sabido en
fisioterapia que las frecuencias de mejor nivel de estimulación son aquellas
de hasta 100 Hertz. A medida que esta frecuencia aumenta (500, 1.000, 2.000,
4.000 Htz, etc.) la estimulación muscular disminuye, pero también lo hace la
sensación molesta que percibe el paciente.
DIFERENCIAS DE LAS CORRIENTES CLASICAS CON LAS INTERFERENCIALES
Las corrientes eléctricas clásicas utilizadas para estimular y activar
diversos músculos, emplean una gran variedad de ondas, como son las:
farádicas, exponenciales, rectangulares, diadinámicas, rusas, bifásicas
pulsantes, galvanofarádicas, etc. Pese a la gran diferencia que existe entre
estos tipos de corrientes, todos tienen en común las siguientes tres
características:
• Son corrientes bipolares, es decir que disponen de dos polos, por lo que
se aplican en mediante dos electrodos.
• La ubicación de los electrodos se hace de preferencia sobre las zonas de
inervación o punto excitomotor.
• La estimulación del músculo deseado se produce cuando sobreviene la onda
eléctrica o el tren de ondas, pero cuando cesa el estimulo eléctrico,
también desaparece el estimulo muscular. Esta acción es la que permite
obtener períodos repetitivos de activación y relajación muscular.
A diferencia de lo antedicho, las
corrientes interferenciales constituyen un
particular sistema de electroterapia, que por sus características de
producción y efectos biológicos difieren sustancialmente de los métodos
convencionales de estimulación bipolar, puesto que al tratarse de un sistema
tetrapolar, la posición de los 4 electrodos determina la extensión del área
a tratar. Asimismo, las corrientes inteferenciales poseen un efecto residual
luego de finalizado el estimulo eléctrico, que es secundario al alto
reclutamiento de fibras motoras.
Entonces, ¿cuáles son las ventajas funcionales de este tipo de corriente?
1) La utilización de frecuencias altas posibilita una disminución de la
resistencia de la piel, mejorando la tolerancia sensitiva a las ondas
eléctricas, lo que determina el uso de intensidades eléctricas ciertamente
elevadas que pasan muy desapercibidas aún para pacientes sensibles.
2) Las ondas de estimulación alcanzan profundidades inaccesibles para las
ondas bipolares clásicas.
3) Brindan la posibilidad de actuar en áreas de mayor extensión (por ejemplo
sobre todo un grupo muscular), por ser una
corriente tetrapolar.
4) Efecto residual, que favorece la perpetuación del tratamiento una vez
finalizada la sesión.
CUALIDADES TERAPEUTICAS DE LAS CORRIENTES INTERFERENCIALES
Dichas corrientes se caracterizan por tener una marcada
acción excitomotriz,
ya que de acuerdo a su particular mecanismo de generación, el estímulo
despolarizante se produce en la intimidad del tejido muscular, ocasionando
un masivo reclutamiento de unidades motoras. Dada las características de
conformación de la interferencia eléctrica tetrapolar, se logra acceder a
niveles de profundidad normalmente no alcanzados con otros sistemas de
electroterapia. Esto da origen a una intensa acción muscular de
característica singular, variando constantemente la intensidad de trabajo en
forma oscilatoria y desplazando la movilidad alternativamente hacia los
cuatro electrodos. En lo concerniente al sistema circulatorio, todas estas
características hacen que al trabajar la musculatura estriada, se obtiene un
efecto de bomba muscular, favoreciendo un incremento de la circulación
venosa de retorno. Otro importante aporte de las corrientes interferenciales
reside en la inducción de un marcado efecto analgésico que persiste mucho
más allá de finalizada la sesión y que va potencializándose en sesiones
sucesivas. Esta acción que es rápidamente comprobable, es ocasionada por un
importante aumento del umbral doloroso y por la circulación constante de
corrientes de alta frecuencia, que provocan un exceso de estímulos en las
terminaciones nerviosas sensitivas, alterando y retardando la recepción de
las señales aferentes.
EFECTOS TERAPEUTICOS DE LAS CORRIENTES INTERFERENCIALES
Los aspectos anteriormente mencionados determinan que las corrientes
interferenciales estén particularmente indicadas en el tratamiento de
situaciones relacionadas con las patologías de origen muscular y
circulatorio. Por tal motivo es aconsejado para tratar con mucha eficacia
gran cantidad de afecciones del aparato locomotor, tanto post- traumática
como degenerativa, y los trastornos estéticos más comunes como los
relacionados con déficit circulatorio, flaccidez muscular, celulitis, y
atrofia muscular.
1. Fortalecimiento muscular
Las
corrientes interferenciales permiten acceder a niveles de profundidad
normalmente no alcanzados con otros sistemas de electroterapia, lo que
origina una acción muscular de características particulares al variarse
constantemente la intensidad de trabajo en forma oscilatoria y desplazarse
la movilidad alternativamente hacia los cuatro electrodos. Este notable
fenómeno resulta de suma utilidad en el campo de la rehabilitación cuando el
objetivo perseguido es lograr la estimulación de la actividad muscular
procurando el fortalecimiento de la musculatura tratada, pudiendo aplicarse
en los siguientes casos:
• Artrosis (musculatura en desuso por dolor).
• Síndromes por abuso (bursitis, tendinitis, etc).
• Periodos de inmovilización post-yeso.
• Procesos post quirúrgicos.
• Contusiones y esguinces.
• Rehabilitación deportiva.
2. Favorecimiento del retorno venoso
La estimulación en profundidad representa un importante estímulo
circulatorio al favorecer la actividad de retorno venoso. Por tal motivo, el
empleo de las
corrientes interferenciales está indicado en los siguientes
casos:
• Anomalías circulatorias debidas a trastornos del equilibrio
neurovegetativo.
• Edemas post traumáticos.
• Insuficiencia venosa.
• Hematomas residuales.
• Hemartrosis.
3. Analgesia
Las terapia interferencial posee un marcado efecto analgésico que persiste
mas allá de finalizada la sesión y que se ve potenciado con el correr de las
sesiones. Este fenómeno se debe a que las ondas interferenciales permiten
una estimulación selectiva de las fibras nerviosas
aferentes mielinizadas,
dando origen a disminución del dolor. Para la obtención de estos efectos
sensitivos resulta mejor el empleo de una frecuencia portadora de 4.000 Hz,
pudiendo ser aplicada en los siguientes casos:
• Procesos post traumáticos.
• Mialgias.
• Neuralgias.
• Espondilosis.
• Periartritis.
• Neuropatías por atrapamiento.
4. Utilización en Estética
Las corrientes interferenciales se emplean para tonificar y modelar grandes
masas musculares, siendo los músculos elegidos con mayor frecuencia los
glúteos, isquiotibiales, abdominales, cuádriceps y aductores, no
descartándose la estimulación en bíceps y tríceps a través del empleo de
electrodos más pequeños. Las principales indicaciones de estas corrientes en
el campo estético son las siguientes:
• Flaccidez muscular.
• Insuficiencia venosa.
• Modelación de contornos corporales.
• Analgesia post quirúrgica.
• Tratamientos pre y post parto.
• Celulitis
CORRIENTES RUSAS
Las corrientes rusas fueron descritas y estudiadas por el profesor Kotz hace
ya varias décadas, debido a su capacidad de lograr importantes cambios en el
trofismo muscular. Técnicamente se trata de corrientes de media frecuencia
moduladas con señales de baja frecuencia: la corriente de frecuencia media
tiene como objetivo la disminución de la resistencia o impedancia cutánea,
permitiendo a la señal de baja frecuencia actuar en profundidad sobre la
musculatura. El empleo de las corrientes rusas lejos está de pertenecer
exclusivamente al campo de la rehabilitación, ya que estas corrientes fueron
incorporadas a la estética debido a su capacidad de producir hipertrofia
muscular, por lo que representan una importante herramienta en aquellos
tratamientos en los que el objetivo se centra en la tonificación de músculos
fláccidos o en la modelación de los contornos corporales.
Utilización de las corrientes rusas
Al igual que la corriente interferencial, las ondas rusas vencen la
impedancia de la piel por su frecuencia elevada (alrededor de 2500 Hz.),
permitiendo su acción a gran profundidad, sin alterar la sensibilidad
cutánea. Debido a sus características, las corrientes rusas son empleadas
cuando el objetivo perseguido es la obtención de altos niveles de
fortalecimiento muscular, el cual en ocasiones es acompañado de hipertrofia
de la musculatura estimulada. La importancia terapéutica de su utilización
radica en su capacidad de lograr notables cambios en el trofismo y función
muscular, ya que estas corrientes consisten en estímulos eléctricos
mantenidos y uniformes, altamente tonificantes y a la vez modeladores del
contorno corporal, razón por la cual esta modalidad eléctrica es elegida
tanto en la Fisioterapia como en la Estética. Las corrientes rusas se
utilizan en el abordaje de la musculatura cuya inervación se halla intacta,
y mediante su aplicación es posible lograr un mantenimiento de la
flexibilidad, reducción del grado de atrofia (por ejemplo, en zonas
lesionadas) o estimulación del aumento de la fuerza muscular.
Las principales indicaciones de esta modalidad terapéutica son:
• Atrofias por desuso.
• Periodos de inmovilización post-yeso.
• Fortalecimiento en procesos post quirúrgicos.
• Procesos post traumáticos (contusiones, esguinces, etc.) con el objetivo
de fortalecer la musculatura durante la etapa sub-aguda.
• Hipertrofia muscular progresiva.
• Rehabilitación deportiva.
• Flaccidez y modelación de contornos corporales.
• Levantamiento e hipertrofia de glúteos.
DINÁMICA DE LAS SESIONES
La dinámica de las sesiones es la misma para ambos tipos de corriente,
debido principalmente a que su acción terapéutica es similar. En la
rehabilitación, la frecuencia de las sesiones debe ser diaria, variando el
tiempo de las mismas según las características previas de la musculatura
estimulada. Estas diferentes variables son especificadas en el apartado
“Protocolos de tratamiento”. En el campo de la estética, por su parte, el
tiempo de estimulación variará en función de la capacidad de respuesta del
músculo o grupo muscular estimulado, pudiendo alcanzar valores altos (15 -
20 minutos) en aquellos pacientes entrenados o que practican deportes con
cierta frecuencia. En pacientes sedentarios deberá trabajarse con tiempos
prudentes, recomendándose incluso un trabajo muscular intercalado con
periodos de pausa a los fines de otorgarle a los músculos involucrados en la
terapia el tiempo necesario de descanso, evitando de este modo la aparición
de fatiga muscular. En este tipo de pacientes se recomiendan dos series de 8
a 10 minutos, con descanso de 3 a 5 minutos entre cada serie.
CONTRAINDICACIONES
Es destacable lo seguras que resultan las
corrientes interferenciales y las
ondas Rusas, debido a que pertenecen al grupo de las corrientes bidireccionales, sin componente galvánico, disminuyendo así el riesgo de
producir sensaciones displacenteras. Por otro lado, las características
intrínsecas de su mecanismo de generación y origen, hacen que no existan
molestias significativas que obliguen a discontinuar el tratamiento, y que
ocasionen dolor.
• Pacientes portadores de marcapasos.
• Zonas de la piel que presentan heridas abiertas o micosis.
• Presencia de prótesis metálicas subyacentes de localización superficial,
si el paciente experimenta sensaciones dolorosas.
• Zona abdominal en pacientes embarazadas.
• Procesos neoplásicos coexistentes.
• Isquemia por insuficiencia arterial (*).
• Úlceras varicosas (*).
• Tromboflebitis (*).
• Síndrome febril, Procesos infecciosos.
• Pacientes epilépticos.
• Sobre órganos de los sentidos.
• Zona genito-urinaria en caso que la paciente tenga colocado un DIU.
(*) Si bien se ha mencionado que el empleo de estas corrientes es
aconsejable para lograr un estímulo circulatorio, estos tratamientos se
aplicarán sólo en presencia de condiciones anatómicas y fisiológicas
normales, pero bajo ningún punto de vista deberá realizarse electroterapia
en zonas isquémicas por claudicación vascular ni ante presencia de patología
de la pared vascular.
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