Consigue un efecto
similar al de un sujetador adecuado. Éste, sin embargo, estará hecho con los
propios tejidos de la paciente. Con esta intervención se logra mejorar y
hacer más confortable la actividad física y facilitar la elección de ropa
para vestir y de trajes de baño y mejorar el aspecto individual. Unas mamas
demasiado caídas llaman excesivamente la atención y -al igual que un pecho
excesivamente pequeño- pueden llegar a ser la causa de una considerable
afectación emocional.
La
mama caída o flácida está producida por una pérdida de la elasticidad
cutánea y de los tejidos de sostén, que ceden ante la acción constante de la
gravedad. Puede aparecer en mujeres relativamente jóvenes por causa
constitucional, o por involución de la mama, después de episodios de
lactancia o de la menopausia.
Las regiones mamaria y abdominal han adquirido en los últimos decenios una
importancia relevante en la imagen corporal debido a la creciente libertad
sexual y a la mayor exposición corporal en playas y en la moda actual. Por
ello cualquier alteración ostensible de forma y tamaño puede tener una gran
influencia en la propia estima. El significado emocional de la mama se debe
a que no sólo simboliza el papel de madre y los sentimientos maternales
asociados sino que representa además la región más destacada de la
sexualidad femenina, región clave de la atracción heterosexual. El grado de
afectación emocional que puede llegar a causar un pecho caído es algo que
sólo pueden llegar a compartir plenamente otras mujeres con el mismo
problema. A las demás personas les es difícil comprender el grado de
sufrimiento que esta situación conlleva para la paciente. La corrección de
las alteraciones de tamaño, situación y forma están justificadas desde el
punto de vista psicológico, logrando en la gran mayoría de las pacientes
mejorar la sensación de bienestar.
¿Cómo se realiza la
intervención?
Durante la operación, el
cirujano desplaza hasta su sitio correcto el complejo de areola y pezón,
reduce el sobrante cutáneo y el posible tejido mamario sobrante y readapta
la piel de la mama a su nuevo contenido.
En principio, las
técnicas de mastopexia o corrección de flacidez requieren:
1.- Elevar la areola y pezón a su localización
ideal, cuidando que exista una vascularización adecuada para asegurar su
preservación.
2.- Mantener las conexiones entre la mayor parte
del tejido mamario remanente y el pezón, para intentar permitir una
lactancia posterior, lo que podría tener importancia desde el punto de vista
psicológico. Si la elevación del pezón fuera muy importante, la viabilidad
de la areola y el pezón podrían estar comprometidas. En estos casos la
areola y el pezón se movilizan como un injerto, en cuyo caso sí se
interrumpen las conexiones entre el pezón y el tejido glandular residual.
3.- La glándula mamaria debe modelarse para
obtener un adecuado contorno de la mama y procurando mantener al máximo las
conexiones de la glándula con la piel, ya que la mama es en realidad una
glándula cutánea.
4.- En lo posible, se deben intentar conservar
los nervios que van hacia la areola para preservar en lo posible la
sensibilidad táctil y erótica. A pesar de ello y por necesidades de
resección de la glándula, en algunas pacientes se podrá reducir o incluso
perder la sensibilidad de la areola y pezón. Esta pérdida suele ser sólo
temporal. Sin embargo, no suele constituir un gran inconveniente, ya que en
aquellas pacientes con mamas muy grandes y/o caídas, la sensibilidad ya
suele ser precaria o molesta antes de la intervención. En caso de que se
requiera movilizar las areolas como injertos, la pérdida de sensibilidad
suele ser muy importante.
5.- En pacientes con areolas excesivamente
grandes, éstas se reducirán a un tamaño normal.
6.- Las cicatrices deben ser lo más limitadas
posible, sin cruzar la línea media, ya que impedirían llevar escotes
amplios. En general, se procura que no rebasen los límites de un bikini,
aunque esto depende también de la amplitud de la base de la mama.
¿Qué anestesia se
utiliza?
Para estas intervenciones
se emplea anestesia general controlada, con monitorización (seguimiento
electrocardiográfico, de saturación de oxígeno en sangre, tensión arterial y
respiratorio). Este tipo de anestesia, realizada por un anestesiólogo
competente y en un hospital bien dotado, ofrece los máximos índices de
seguridad. En algunos casos de elevación mínima de la mama, cabe la
posibilidad de realizar la intervención bajo anestesia local y sedación.
¿Cuánto tiempo
suele durar la intervención?
En general, entre dos horas a tres horas y
media, dependiendo del tamaño y la previa forma de la mama. En general, las
mamas más grandes y caídas requerirán mayor tiempo de intervención. Las
suturas consumen una gran parte del tiempo, ya que deben realizarse
meticulosamente, cuidando el detalle para que las cicatrices sean lo mejor
posible.
Fuente
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