Desde que el ser humano fabrica y maneja herramientas ha empleado su ingenio
también en el desarrollo de técnicas quirúrgicas cada vez más sofisticadas.
Pero hasta la revolución industrial no se vencerían los tres principales
obstáculos con los que se encontró esta especialidad médica desde sus
inicios: la hemorragia, el dolor y la infección. Los avances en estos campos
han transformado la cirugía, de un "arte" arriesgado (y menospreciado por
ello), a una disciplina científica capaz de los más asombrosos resultados.
Orígenes de la cirugía
Las primeras técnicas quirúrgicas se emplearon para el tratamiento de las
heridas y traumatismos producidos en el curso de la vida a la intemperie. La
combinación de estudios arqueológicos y antropológicos (en tribus cuyo modo
de vida remeda al de los primeros seres humanos) ofrece información sobre
métodos rudimentarios de sutura, amputaciones, drenajes o cauterizaciones de
heridas con instrumentos candentes. Existen numerosos ejemplos: Una mezcla
de salitre y azufre vertida en las heridas y a la que se prendía fuego,
empleada por algunas tribus asiáticas; las técnicas de drenaje de los indios
dakota, mediante el empleo de una caña de pluma "conectada" a una vejiga
urinaria animal para succionar el material purulento; el hallazgo de agujas
de la edad de piedra que podrían haberse empleado en suturas (los Masái
emplean agujas de acacia con el mismo fin); o el ingenioso método
desarrollado por algunas tribus de la India y Sudamérica, sellando las
heridas menores mediante la aplicación de termitas o escarabajos a los que,
tras morder los bordes aproximados de la herida, se les retuerce el cuello
para dejar las cabezas rígidamente enganchadas a modo de grapas.
La cirugía en el Renacimiento
Los siglos XV (il Quattrocento) y XVI (il Cinquecento) tienen en Italia el
origen de unas filosofías de la ciencia y de la sociedad basadas en la
tradición romana del humanismo. El florecimiento de Universidades en Italia
al amparo de las nuevas clases mercantiles supuso el motor intelectual del
que se deriva el progreso científico que caracteriza a este periodo. Esta
"nueva era" recala con especial intensidad en las ciencias naturales y la
medicina, bajo el principio general del "revisionismo crítico". Los nuevos
conocimientos en anatomía suponen el despegue definitivo de disciplinas como
la
cirugía o la
anatomía patológica. El ansia de conocimientos afecta
simultáneamente a todos los gremios hasta el punto de hacer exclamar a Vesalio, el principal anatomista del siglo XVI:
No me preocupan los pintores y escultores que se apelotonan en mis
disecciones ni, a pesar de sus aires de superioridad, me siento menos
importante que ellos
El espíritu científico impregna cada rama del saber: Antonio Benivieni,
cirujano italiano de la segunda mitad del siglo XV, anota minuciosamente
todas sus intervenciones y las autopsias que realiza posteriormente a los
pacientes que no sobreviven. Estas notas se publicarán en 1507 bajo el
título De abditis nonnullis ac mirandis morborum et sanationum causis (De
las causas ocultas de las enfermedades), con el imaginable interés para todo
el cuerpo médico. En su haber se cuentan las primeras descripciones
documentadas de cáncer de estómago e intestino, así como extensas y
detalladas descripciones de los varios tipos de hernias conocidos.
El mejor anatomista, aunque no el primero, de este periodo es Andrés Vesalio,
autor de uno de los manuales de anatomía más extendidos e influyentes
durante los siguientes dos siglos: De humani corporis fabrica. Este médico
peregrinó a Jerusalén, según se revela en una carta de 1563, tras serle
conmutada por el rey la pena de muerte por la penitencia de la
peregrinación. El motivo de la condena es la disección que realizó a un
joven noble español tras su muerte y el descubrimiento, al abrirle el pecho,
de que el corazón aún latía.
Vesalio se doctora en la universidad de Padua, tras formarse en París, y es
nombrado "explicator chirurgiae" (profesor de cirugía) de esta universidad
italiana. Durante sus años como profesor redactará su gran obra, y acabará
su carrera profesional como médico personal de Carlos I y, posteriormente,
de Felipe II.
De esta misma época (1511-1553) es el español Miguel Servet, otro pionero en
el campo de la Anatomía. Practicando la disección junto a Hans Gunther
observó, y publicó en su obra Christianismi restitutio, que la sangre se
oxigenaba en los pulmones (y no en el corazón como creía Galeno) y que en
este órgano se producía una circulación menor tras la cual la sangre accedía
al ventrículo izquierdo. Este descubrimiento, sin embargo, ya lo había hecho
Ibn Nafis, médico árabe del siglo XIII, pero sus observaciones no fueron
conocidas en occidente.
La cirugía a partir del siglo XIX
Durante el siglo XIX se consuma la integración de la medicina y la cirugía
en un mismo cuerpo de conocimientos y enseñanzas, lo que supone el
espaldarazo definitivo a la especialidad quirúrgica, con la incorporación
añadida de la traumatología a su ámbito de actuación. La derrota de los tres
enemigos clásicos de la cirugía: la
hemorragia, la infección y el dolor, es
la victoria de esta disciplina; el desarrollo de las teorías microbianas de
las enfermedades infecciosas (Semmelweis, Pasteur, Joseph Lister...), la
evolución de las técnicas anestésicas o el descubrimiento de los rayos X son
herramientas fundamentales en su impulso: el cirujano puede trabajar con el
paciente sedado, y, por lo tanto, sin la rapidez que se le requería hasta
ese momento, con mucho mayor conocimiento sobre lo que se puede encontrar y
con armas adecuadas para paliar las posibles complicaciones. Las tasas de morbimortalidad comienzan a caer, y todo esto se produce en un margen de
pocas décadas.
Destacan en este siglo cirujanos como Abraham Colles (1773-1843) (médico
irlandés que dio el nombre a la característica fractura por caída de la
extremidad distal del radio), Sir Benjamin Brodie (1786-1862) (absceso de
Brodie), William John Little (enfermedad de Little) o Sir James Paget
(1814-1899) (enfermedad de Paget). En realidad la lista es interminable y se
extiende por las diferentes especialidades quirúrgicas (ginecología,
urología, traumatología, cirugía digestiva, neurocirugía, etc.)
Fuente
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